Kwan Yin
Joan Halifax
Charla en TED
LA COMPASION Y EL VERDADERO SIGNIFICADO DE LA EMPATIA
Quiero abordar el tema de la compasión. La compasión tiene muchas caras. Algunas son feroces; otras son coléricas; algunas son tiernas; otras son sabias. Citando algo que dijo el Dalai Lama una vez; dijo: "El amor y la compasión son necesidades. No son lujos. Sin ellos, la Humanidad no puede sobrevivir". Y yo sugeriría, que no sería solamente la Humanidad la que no sobreviviría, sino todas las especies de este planeta, tal como lo hemos oído hoy. Son los grandes felinos, y también el plancton.
Hace dos semanas, estuve en Bangalore, en
India. Tuve el privilegio de poder enseñar en un hospicio en las afueras de
Bangalore. Y temprano en la mañana fui al pabellón principal. En ese hospicio,
había 31 hombres y mujeres en agonía. Me acerqué a la cabecera de la cama de
una anciana que respiraba jadeando, muy frágil, obviamente en la etapa final de
la agonía. Observé su rostro. Observé el rostro de su hijo, que estaba a su
lado, y su rostro estaba hendido de pena y confusión.
Y recordé una cita del Mahábharata, la gran
epopeya india: "¿Qué es lo más asombroso de este mundo, Yudhisthira?"
Y Yudhisthira respondió: "Lo más asombroso de este mundo es que a nuestro
alrededor la gente puede estar muriéndose y no nos damos cuenta de que también
nos puede suceder a nosotros". Miré hacia arriba. Y había mujeres jóvenes
ocupándose de esos 31 moribundos de aldeas cercanas a Bangalore. Observé el
rostro de una de estas mujeres, y pude ver la fuerza que surge si hay realmente
compasión natural Observé sus manos mientras bañaba a un anciano.
(…)
Entonces nos preguntamos: ¿En qué consiste la
compasión? Y hay varias facetas. Existe la compasión referencial y la no
referencial. Pero, ante todo, la compasión está compuesta de esa capacidad de
ver con claridad la naturaleza del sufrimiento. Es esa habilidad de mantenerse
firme y de reconocer también que no somos ajenos a ese sufrimiento. Pero eso no
es suficiente, porque la compasión que activa la corteza motora, significa que
aspiramos, que de hecho aspiramos a transformar el sufrimiento. Y, si somos muy
bendecidos, nos involucramos en actividades que transforman el sufrimiento.
Pero la compasión tiene otro componente, y ese componente es realmente
esencial. Ese componente consiste en que no podemos aferrarnos al desenlace.
He trabajado con personas moribundas por más
de 40 años. Y he tenido el privilegio de trabajar con personas en pena de
muerte en una cárcel de máxima seguridad por 6 años. Y comprendí, con mucha
claridad, que traer mi propia experiencia de vida de haber trabajado con
moribundos y capacitando acompañantes, que cualquier apego al desenlace
distorsionaría profundamente nuestra propia capacidad de estar bien presentes
en toda la catástrofe.
Y cuando trabajé en el sistema penitenciario,
lo siguiente, se me hizo muy claro: muchos de nosotros en esta sala, y casi
todos los condenados a pena de muerte con los que trabajé, nunca experimentamos
la compasión en carne propia. La compasión es en realidad una cualidad humana inherente.
Está presente en todo ser humano. Pero las condiciones para que se active la
compasión, para que se suscite, son muy particulares. Hasta cierto punto, pasé
por eso, desde la enfermedad en mi niñez. Eve Ensler, a quien oiremos luego,
desarrolló esta condición de manera asombrosa a través de varias formas de sufrimiento
por las que ha pasado.
Y lo fascinante es que la compasión tiene
enemigos, y esos enemigos son cosas como la lástima, la indignación moral, el
miedo. Y bien saben que tenemos una sociedad, un mundo, paralizado por el
miedo. Y en esa parálisis, por supuesto, nuestra capacidad de ser compasivos
también está paralizada. La mismísima palabra "terror" es global. Y
el propio sentimiento de terror es global. Entonces, de alguna manera, nuestro
trabajo es enfrentarnos a esta representación, a este arquetipo que ha invadido
la psique de todo el planeta.
Ahora sabemos por la neurociencia que la
compasión tiene algunas cualidades extraordinarias. Por ejemplo: una persona
que está abierta a la compasión, ante la presencia del sufrimiento, siente ese
sufrimiento mucho más de lo que lo sienten la mayoría de las personas. Sin
embargo, regresa a su estado anterior mucho antes. Esto se llama
"resiliencia". Muchos pensamos que la compasión nos agota, pero les
aseguro que es algo que realmente nos anima.
Otra cosa acerca de la compasión es que
realmente aumenta lo que se denomina integración neutral. Involucra a todas las
áreas del cerebro. Y algo más que ha sido descubierto por varios investigadores
en Emory y en Davis y demás, es que la compasión fortalece al sistema inmune.
Oigan, vivimos en un mundo muy nocivo. Muchos nos estamos retrayendo ante la
presencia de venenos físicos y psicosociales de las toxinas de nuestro mundo.
Pero la compasión, el generar compasión de hecho moviliza nuestra inmunidad.
Saben, si la compasión es tan buena para
nosotros, tengo una pregunta: ¿Por qué no les enseñamos a nuestro hijos a ser
compasivos? (Aplausos) Si la compasión es tan buena para nosotros, ¿Por qué no
capacitamos a los profesionales de la salud en compasión, para que puedan hacer
lo que se supone que deben hacer, que es realmente transformar el sufrimiento?
Si la compasión es tan buena para nosotros, ¿Por qué no votamos la compasión? ¿Por
qué no votamos a los funcionarios de nuestros gobiernos basándonos en la
compasión? Para que podamos tener un mundo más comprensivo. En el budismo,
decimos: "Se requiere una espalda fuerte y un frente suave". Se
necesita de una gran fortaleza en la espalda para sostenernos en medio de la
adversidad. Y esa es la cualidad mental de la ecuanimidad.
Pero también es necesario un frente suave; la
capacidad para estar abiertos al mundo tal y como es, de tener un corazón
desguarnecido. Y el arquetipo de esto en el budismo es Avalokiteshvara,
Kuan-Yin. Es un arquetipo femenino: Ella que percibe el llanto y el sufrimiento
en el mundo. Ella se resiste, con 10.000 brazos, y en cada mano, hay un
instrumento de liberación, y en la palma de cada mano, hay ojos, y estos son
los ojos de la sabiduría. Digo que, por miles de años, ha habido mujeres,
ejemplificando, conociendo íntimamente, el arquetipo de Avalokiteshvara, de
Kuan-Yin, ella que percibe el llanto y el sufrimiento en el mundo.
(…)
Pero del otro lado de la ecuación es que hay
que salir de la cueva. Hay que adentrarse en el mundo como lo hizo Asanga que
buscaba desarrollar el Buda Maitreya luego de 12 años de estar en una cueva.
Dijo "Me voy de aquí". Y está yendo por el camino. Y vislumbra algo.
Observa, es un perro, cae en sus rodillas. Ve que el perro tiene una herida
grande en una pata. La herida está llena de gusanos. Saca su lengua para quitar
los gusanos, y no lastimarlos. En ese momento, el perro se transforma en el Buda
del amor y la bondad.
Taonadamente editada
Aqui dos libros de la Terapia de la Compasion:
https://mega.nz/#!eZ9nURYJ!t8eqg32xyBkS93T5XN-7k_6akXY_nyzlZKogtFvrjt0
La version completa aqui:
http://www.ted.com/talks/joan_halifax/transcript?language=en
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